miércoles, noviembre 29, 2006

LCD de Samsung del grosor de una tarjeta de crédito



Leo en esta Web que nuestros amigos de Samsung acaban de lanzar al mercado una pantallita LCD del tamaño aproximado de una tarjeta de crédito corriente. Quizá lo más interesante es que ese LCD tiene también el mismo grosor que una tarjeta de cŕedito, unos impresionantes 0,82mm.

Me imagino un mundo -cercano- dominado por dispositivos inalámbricos, con pantallas de unas 8-9 pulgadas, muy ligeras, del estilo de la que acaba de anunciar Samsung, con almacenamiento en memorias Flash, sin parte móviles y con un consumo raquítico que les permita funcionar con baterías más de 9 horas. ¿Tablets, o móviles con esteroides? Eso depende de los departamentos de marketing y de cómo puedan llegar mejor a su público, pero conceptualmente es crónica de una evolución anunciada.

Con esos dispositivos y puertos mini USB 2.0 y bluetooth, o el micro-equivalente inalámbrico estándar en el mercado en ese momento, el modo de trabajar/disfrutar cambiará incluso para los más geeks.

Ya he dado mi opinión respecto al "servidor del hogar" en otros posts. No hace falta profundizar en la idea: el servidor de casa está 24h conectado a la Red y debe proporcionar servicios mínimos. Nada de 4 cores, tamaño torre y consumo exagerado. Para estar conectado las 24 horas del día a la Red hace falta algo más ligero... y barato, tanto en coste de adquisición como de mantenimiento, principalmente consumo eléctrico.

El 'ordenador de casa', en el que guardas las fotos, editas los vídeos de tus hijos y/o escribes informes, etc. es YA un portátil, para esto no hay que esperar al futuro, es la decisión de compra mayoritaria según múltiples encuestas.

Si exceptuamos algún tipo de aplicación profesional en las que cualquier cantidad de potencia de cálculo es insuficiente, éstos ya tienen capacidad para hacer de todo.

El mediacenter del hogar podría ser cualquiera de los anteriores conectando el vídeo a la TV de forma inalámbrica (al tiempo), u otro dispositivo 'ligero' similar a los descritos. No solo eso, sino que esas funciones se irán incrustando en las TVs. ¿por qué? Por que la TV ya 'habla' MPEG e irá incorporando funcionalidad que le permita acceso a Redes y almacenamiento y por tanto serán convertidas más en lo que hoy conocemos como mediacenter.

El móvil será -ya empieza a serlo- el comunicador por excelencia del futuro. Por supuesto que tendrá capacidad de almacenamiento ya que esta es cada vez es más compacta y accesible, pero la función de estos dispositivos será la comunicación , con otras personas y -novedad- con otras máquinas.

Muchas novelas de ciencia ficción ya hacen uso acertado del lenguaje y, con gran previsión, se refieren a los móviles del futuro con el término comm, comunicador, o similar, dando a entender que el móvil de hoy es el aparato de comunicación personal por excelencia del futuro. Cuando incluyan la funcionalidad descrita en los primeros párrafos de este post, principalmente una pantalla TFT más grande y más capacidad de almacenamiento y proceso, tendremos que ir pensando en cambiarle el nombre y sumarle a la ciencia ficción otro tanto.

Al que argumenta que en un aparato así no se puede verse un vídeo, ni escribir un mísero mail HOY le doy la razón. Pero tan solo de momento.

Hoy en día hay pantallas grandes y teclados en cualquier sitio y estos últimos se harán inalámbricos en breve, lo que facilitará conectarlos como dispositivos de entrada a casi cualquier dispositivo capaz de manejar información . En una primera evolución, bastará conectar uno de estos y trabajar al estilo 'clásico'. Más adelante podríamos dictar a nuestro comms -¿a que mola el término?- y esperar a que él haga la conversión a texto ¿Que el proceso falla por los ruidos, etc.? Cierto, pero tras una conversión parcialmente correcta, sólo restaría modificar a golpe de lápiz los fallos que se hayan detectado en la conversión y listo.

Así, hay quien esgrime acertadamente que, por el momento, estos dispositivos son fundamentalmente para consumir información y no para producirla. Nada de hacer informes, ni publicar páginas Web, ni siquiera publicar posts. Es cierto, pero solo parcialmente y porque no estamos considerando alternativas elegantes y más humanas en el frente de la generación de información.

Volvamos a la idea del reconocimiento de voz ágil aunque imperfecto, y hagamos un cálculo rápido. Acabo de consultar la lista de llamadas recibidas/realizadas en mi móvil. Esta mañana he recibido 4 mensajes de texto y enviado otros 3, el equivalente natural del mail del ordenador. Sin embargo, he realizado 5 llamadas de voz de unos 4 minutos y recibido 9 más de esa misma duración media. En total, y tirando por lo bajo, 300 palabras por minuto para llenar el canal -nada de dos hablando a la vez, eso es trampa, además de mala educación-. Todo lo hablado supone un total de 16.800 palabras, o sea, aproximadamente 100.800 bytes de información si tomamos una longitud media de 6 letras por palabra para el castellano.

No es por nada, pero escribir un texto de casi 17.000 palabras en menos de una hora (56 minutos), no está nada mal para un dispositivo de entrada.

Para mí, el enfoque del reconocimiento de voz en este tipo de dispositivos no debería ser la búsqueda de la perfección, sino la agilidad del sistema. Conseguir un software que pueda rodar en un móvil de forma ágil, aunque fuera imperfecto, constituiría un avance importantísimo en cuanto a cambio de paradigma en el uso de interfaces de ordenadores.

Otros argumentarán que un dispositivo móvil nunca tendrá capacidad de almacenamiento elevada. También es cierto, pero ni falta que les hace. Ya tenemos un invento que se llama Internet y estos aparatos sustancian el acceso universal inalámbrico ¡que sea Google -o equivalente- el que guarda todos mis datos!
Por último, hay que tener en cuenta que el coste de la electrónica de consumo sigue cayendo en picado y, lo que es más importante, su uso va en aumento, lo que, tal como dicta la Ley de Metcalfe, aumenta su funcionalidad potencial.

Ya es hora que la tecnología informática de propósito general avance hasta convertirse en algo parecido a un electrodoméstico. Salvando las distancias, los reproductores de MP3 lo han conseguido y los reproductores de DVD también. Ahora a la tecnología informática, a los dispositivos capaces de procesar información, les toca miniaturizarse y volverse más humanos, o como diría Jakob Nielsen , más 'usables'.

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